En Chile, el aborto adolescente es un tema delicado que requiere atención urgente. Aunque la ley permite el aborto en tres causales, muchas adolescentes enfrentan barreras para acceder a salud sexual segura. Esto las lleva a recurrir al misoprostol sin supervisión médica.
¿Por qué recurren al misoprostol?
Diversos estudios señalan que muchas jóvenes optan por el misoprostol para interrumpir embarazos no deseados debido a la falta de servicios médicos accesibles, el estigma social y la necesidad de actuar con rapidez y discreción. Esta situación agrava los riesgos en un grupo etario especialmente vulnerable.
Riesgos del uso no supervisado
El uso de misoprostol sin guía médica puede causar hemorragias, infecciones y abortos incompletos. Estos riesgos se acentúan en adolescentes, cuyo cuerpo aún está en desarrollo. Muchos de estos casos terminan en servicios de urgencia hospitalaria, lo que demuestra una clara falla en el sistema de salud.
La importancia de la educación sexual
Organizaciones sociales y de salud han lanzado campañas de educación sexual enfocadas en adolescentes. Estas buscan informar sobre los riesgos del uso inadecuado del misoprostol y facilitar el acceso a servicios de salud reproductiva seguros, gratuitos y sin estigmas.
Testimonio real
María, de 17 años, relata que al quedar embarazada no buscó atención médica por temor a ser juzgada. Compró misoprostol por redes sociales y, aunque interrumpió el embarazo, tuvo complicaciones que requirieron hospitalización. Su historia refleja una realidad común en el aborto adolescente en Chile.
¿Qué desafíos enfrentamos?
El aborto adolescente en Chile sigue limitado por el estigma y la falta de políticas públicas efectivas. Urge reforzar la educación sexual integral, mejorar el acceso a salud reproductiva y garantizar el derecho a decidir, sin importar la edad.